Más sobre mi

Comencé a hacer vestidos de novia allá por el 2013, el primero (como siempre lo es) fue para una amiga de mi hermana, la valiente que se animó!

No vengo de una familia de modistas o diseñadores, pero la vocación la tengo innata desde muy chica. 

Cuando estaba en 4to de liceo pregunté qué Bachillerato servía para cursar la carrera de diseño y me dijeron todos sirven, entonces cursé letras. Quien diría que luego me serviría para mi otra pasión que es el Traductorado, que también estudié.

En mi facultad nos enseñan a ser diseñadores, a resolver los problemas de forma creativa, es mucho más que aprender a bocetar o cortar una tela. Lo curioso es que mientras yo cursé no había una sola máquina de coser en toda la facultad, la gran mayoría mandaba a coser sus proyectos, pero hubo algo en ese proceso de confección que destapó la autodidacta que hay en mí y me hizo querer aprenderlo. Es al día de hoy que coso todos los vestidos yo misma porque me apasiona, porque creo que la confección es parte del proceso creativo y porque me permite tener un control absoluto sobre la pieza. ¿Es fundamental saber coser para ser buena diseñadora? ¡Para nada! Incluso en nuestro país hay enormes diseñadores que delegan la costura, simplemente en mi Estudio se trabaja así porque lo disfruto enormemente.

En mi segundo año de facultad, un día estaba mirando Utilísima (canal de manualidades entre otras cosas) y una señora estaba trazando el patrón de un corset para luego cortarlo y coserlo. Dije, esto parece fácil, aún nunca había cosido ninguna prenda, pero por algún motivo me pareció que podía hacerlo. Entonces fui, compre una tela, negra con lunares blancos no me olvido más, y me dispuse a hacerlo.

Alterando las medidas se lo hice para mi mamá, le cosí una falda poncho en la cintura y pronto, le armé un vestido! Nunca en mi vida había visto un busto tan aplanado por un corset tan mal cosido. Sí, me quedó mal. ¿Me importó? ¡Por supuesto! Qué bronca da cuando las cosas no quedan como uno planifica, pero de eso trata la vida; y como siempre les digo a mis novias, la costura es como la vida misma, es un proceso y como tal hay que tener la paciencia necesaria para verlo fluir, crecer y enriquecerse. 

El día siguiente compre tela negra lisa y le armé uno a mi hermana, la mejoría fue increíble! De allí en más nunca solté la máquina.